El arte comprende las expresiones humanas que se sustentan mediante el
proceso de socialización, hasta conformar las identidades culturales,
en interacción con espacios dominados fungen como mecanismos de
comunicación de los entornos y ámbitos de acción, así los aspectos del
tiempo y de la vida son materializados por la creación y la apreciación
estética. Marcas, señales y contextos gráficos aparecen en muchos lugares como testimonios de los lenguajes visuales que dieron pauta a los idiomas, posteriormente afloran las manifestaciones creativas en los enseres y objetos de uso personal, hasta las grandes producciones colectivas controladas por la organización social y el poder.
En el México antiguo las culturas prehispánicas fueron multifacéticas y dinámicas, orientadas en la reflexión sobre los espacios dominados y de los recursos naturales existentes, así como del usufructo de los bienes; dichos aspectos hicieron posible las tradiciones y estilos culturales, sustentadas en ideologías y cosmovisiones.
El arte de la palabra se cimentaba en el uso verbal a través de sus idiomas, pero los canales de comunicación sirvieron para consignar los testimonios, es así, que la escritura contenida en los códices sirvió para transmitir conocimientos y contar la historia cultural. Tras la conquista hispana, el idioma español y el sistema de la escritura con caracteres latinos dominaron la comunicación, dejando atrás los sistemas de escritura y lectura de los códices pictóricos y fonográficos.
Después de más de cinco siglos, Luz del Carmen Blanco Cornejo trae al presente los códigos y sistemas comunicativos matriciales de los idiomas indígenas náhuatl y mixteco. Es creadora de la obra plástica denominada “El códice vuelto a contar”, se trata de una colección integrada por 16 dibujos con medidas de 30 centímetros de alto por 30 de ancho. Las líneas fueron trazadas sobre papel fabriano con tinta hecha artesanalmente a base de carbón vegetal, contiene además delineados de brillos logrados con hoja de oro.
El conjunto de las imágenes está inspirado en las escenas consignadas en las láminas de los Códices: Borgia, Mendocino, Florentino, Telleriano Remensis y Cozcatzin. Estos documentos fueron creados entre en el siglo XVI y pertenecen a la cultura nahua del centro de México, con excepción del códice Borgia que se atribuye al periodo prehispánico de la región Mixteca.
La exposición temporal “el códice vuelto a contar” revive las antiguas narrativas visuales sobre las actividades cotidianas y la vida ceremonial. Destaca la importancia de las mujeres, el precepto del género y la feminidad por medio de las tareas que les fueron impuestas, así como aquellas que por su condición natural desempeñaron, destacando la gestación y el ciclo de la vida. La producción de alimentos, el hilado, el tejido, la educación, el cuidado de los hijos, la diversión, la vida sexual y el comportamiento ritual son considerados en la selección de las imágenes que se consignan en la obra. Las formas comunicativas del pasado y el presente se fusionan, así el visitante puede apreciar la importancia de las mujeres en el advenir de las sociedades actuales.
MTRO. ARTURO GÓMEZ MARTÍNEZ
Galería de Imágenes
Mujer pintora Códice.
Tomado del códice Telleriano Remensis.
Luz del Carmen Blanco Cornejo
Iconógrafa
Xalapa, Veracruz de Ignacio de la Llave.
Tinta artesanal a base de carbón
vegetal, papel Fabriano, hoja de oro,
madera y vidrio.
Colección del autor.
Educación de niños aztecas.
(Tomado del Códice Florentino)
Luz del Carmen Blanco Cornejo
Iconógrafa
Xalapa, Veracruz de Ignacio de la Llave.
Tinta artesanal a base de carbón
vegetal, papel Fabriano, hoja de oro,
madera y vidrio.
Colección del autor.
Ahuinime.
Tomado del Códice Florentino
Luz del Carmen Blanco Cornejo
Iconógrafa
Xalapa, Veracruz de Ignacio de la Llave.
Tinta artesanal a base de carbón
vegetal, papel Fabriano, hoja de oro,
madera y vidrio.
Colección del autor.
Av. Hidalgo 289
A partir del 29 de noviembre de 2024
Sala María Sabina