Toro itinerante de Pucará

EI Toro de Pucará es uno de los íconos culturales más importantes del sur del Perú y es resultado del sincretismo cultural de las tradiciones prehispánicas y coloniales españolas. En el siglo XIX, los alfareros artesanos de Pucará se inspiraron en los toros labradores que trabajaban en ciertos lugares del altiplano. Se empezaron a modelar toros muy parecidos al ganado, de cuerpo alargado, dos cuernos en la cabeza, cuerpo plano y sin adornos, macizos como piedra y sin cocer. Llegaron por primera vez a la Feria de la Virgen del Carmen de Pucará, considerada la feria de artesanías más grande de la época en todo el sur del Perú.

A partir de 1925, durante las fiestas navideñas y las tardes taurinas en la plaza mayor del pueblo, los sacerdotes presenciaron las primeras corridas de toros y motivaron a los alfareros locales no solo a hacer toros simples y llanos, sino a adornarlos con las ropas que se colocaban sobre los toros en las corridas. Algunos talleres se organizaron en las parroquias con artesanos ceramistas de España con el propósito de incorporar una cruz en las frentes de los toros y la silla de montar sobre sus espaldas. Así es como nació el famoso Toro de Pucará. Se les considera guardianes que alejan las malas energías, la envidia, los malos deseos y la delincuencia. En la cosmovisión andina, la fuerza que emiten representa paz, tranquilidad y prosperidad. Por eso, los toros se ubican de dos en dos en el tejado de las casas.